Un juego de puzles que parece una obra de arte
El mundo de los videojuegos vuelve a demostrar que cada vez más se convierte en un elemento digno de ser admirado en los museos. Lo hace con Gorogoa, un juego de puzles dibujado a mano en el cual la interacción introduce al usuario en una experiencia diferente.
Una obra muy personal y profunda
Este es uno de esos juegos en los que se han volcado ilusiones, sueños y esperanzas de una persona única, en este caso el desarrollador Jason Roberts. Él solo se ocupa de crear el concepto general de Gorogoa para presentarnos una forma distinta de disfrutar del género de los puzles. Como tal es un juego que se escapa de toda comparativa, puesto que es complicado encontrar otro título con el que tenga parecido.
Complejidad maquillada de sencillez visual
Lo que consigue Gorogoa es que desde la aparente sencillez visual que presenta, con ilustraciones que han sido creadas a mano y que representan lugares cotidianos, paisajes y otros elementos nacidos de la mente de Roberts, ofrezca al jugador un sistema de puzles complejo e intrincado. Durante la partida habrá que deslizar los paneles para conectar los distintos puntos de la historia, abriéndose camino el usuario a través de un desarrollo en el que nada es lo que parece a primera vista. Es diferente y alternativo, una idea en la cual cada imagen trasladará al jugador a un sitio inesperado mientras sigue encajando piezas con cuidado. Se puede decir que es lo que debe ofrecer un juego indie para que pueda ser denominado con este término cada vez más desvirtuado.